11/11/10

Hoy no [Otra Vez]

Mientras estaba en aquel letargo, sintió la urgencia, mientras una voz en su interior le decía que se contenga, que pronto podría y sería bueno.
Él no quiso hacer caso y se dirigió lentamente a su puro santuario. Caminó con hambre de derramar sangre, su cuchillo en mano.
Puso una mano sobre su víctima, mientras que alzaba la otra aquella hoja afilada.
El pequeño dormía inquieto, como si supiera que su fin llegaría, su respiración se agitaba, intentando, sin éxito, despertar.
Una, dos, tres veces insertó el frío metal en el cuerpo del pequeño, cada vez más rápido al oír un suave gemido.

Estaba muerto, sangrando por montones. El deseo estaba satisfecho.

Cuando fuera invitado al ritual nuevamente, diría que no podía, alguna excusa tendría. Eso era seguro.

4/11/10

¿Quién es?

No entiendo la manía que tengo de tratar de alejar mi personalidad mientras escribo aquí. Cuando releo (mis vivencias sobre todo), me cuesta tanto entender qué quería decir en aquel momento con precisión. Y eso debe venir de la necesidad de que no me encuentren. Y ahora me quedo pensando qué plasmar aquí, mientras espero a ver si la Carito vendrá a cocinar su carne asada a la olla.
Hemos estado bastante cerca, pero eso tiene mucho que ver con quién quiere Richard tener cerca en el momento. De todas maneras, cada que la miro, caigo en su encanto y me siento horriblemente normal. Dejo que su conversación me envuelva y la miro igual de embobado que todo el resto. Pienso que debe ser algo en su cara, pues mi prima, la Callito, nubla a todos de una manera similar y ellas son similares. Hasta Emanuel cayó en su encanto, se nota, todos caen. Y ahora me pregunto si Emanuel será gay con sus ojos. Emanuel, Emmanuel. Qué coincidencia más peculiar el hecho que alguien con su nombre ahora trabaje para mí.
Y con respecto a la amargura que se niega a dejarme, me receto una visita a la ventana y contemplar lo malagradecido que soy.

Y me queda ahora.