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28/9/09

Metamorfosis

De la dimensión de no.tiene.sentido surgió una oruga que era todo lo que había.
Esa oruga se alimentó de nada, hasta que estuvo llena o cansada. Nadie podría saberlo.
Caminó en un arco plateado sin saber lo que pasaba.
Entonces se convirtió en una crisálida, que cuando se abrió, salió el producto de su alimentación.

Aquella oruga había atraído la atención de muchos expertos que intentaban demostrar cómo todo era nada o nada era todo.
Al ver lo que salió de la crisálida, bajaron su vista y se fueron decepcionados.

Pues no pudieron explicar lo que sucedió ahí dentro.

22/3/09

Del Juicio (I)

-Lo único que puedo decir en mi defensa...- dijo el joven mirando fijamente al juez. Sus manos apretaban fuerte la baranda de la que sujetaba y el sudor caía de su frente. -...Es que si intenté destruir su dios, fue por hambre.-

-Cállate, escoria.- El ángel lo abofeteó una vez más, mientras falsas lágrimas de culpa se deslizaban por su cara.

-¿Y por qué tendríamos que perdonarte?- Grita un miembro del jurado bastante afectado por la destrucción del ídolo. Al mismo tiempo entra un destruido bailarín a la sala, aunque pocos lo notan conversar con el inquisidor.

-Porque es culpa de ustedes poner comida dentro de su dios... es ilógico que adoren algo que tienen que destruir para vivir.- Responde el joven intentando que sus pensamientos y palabras sean uno.

-¡Blasfemo!- Gritan algunos. -¡Es un héroe!- Piensan otros. -Es un idiota.- Dice el bailarín, señalando al joven.

Los ánimos se encienden y empiezan discuciones por todos lados, gritos y golpes que nadie intentaba contener.

-¡Silencio y orden!- Grita el juez golpeando su martillo.

El bailarín muere, mirando al joven mientras susurra algo.
Todos se dirigen a él...

-Ha sido envenenado.- Dice el juez, sin siquiera haberse acercado. -Es éso lo que querías?- Pregunta enfadado al joven.

-Ni siquiera lo conozco.- Se defendió.
-Bien, estás absuelto.- Sentenció -Vete de aquí y espero no volver a verte.-

Extrañado, el joven se levanta de la silla y se va. Todos lo miran con odio, recelo... Pero al menos, era libre.

28/2/09

Del sitio de descanso

Siguiendo su camino, se detuvo frente a una hermosa fuente llena de agua turbia, sucia.
Intentó ver su reflejo, pero, en vez de éso, logró observar un arlequín que tristemente se burlaba de él mismo.
La estatua recordaba una figura humana, de sonrisa alegre y ojos confiables. La mano apuntaba al joven.
Se leía en la inscripción:

'¿Cuánto tiempo lograrás seguir evitándome?'

Creyó distinguir algo amenazador, no agradable. Y como siempre, siguió su camino, con los ojos perdidos y las manos en los bolsillos.
Escurriéndose, como agua en las manos.