Como los odio cada que los recuerdo.
Los veo y los amo. Los siento y me rompen el corazón.
CocoRosie tiene razón: todos ellos son terribles y aún así les damos la bienvenida cuando están.
Verlos con sus ojos cerrados me traen lágrimas
Me dan miedo...
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24/1/11
26/2/09
Del sapócrita, el garro y el pulvo ridiculizados.
Siguiendo su camino, el joven llegó a la fiesta decandente. La fiesta a la cual estaba autorizado, aunque el no quisiera invitación. Tomó asiento en su lugar designado y desganado, se unió a las actividades.
-¡Beban! ¡Beban! - Dijo el sapócrita alzando su lengua afilada -¡Celebremos la unión de nuestras almas!-
-¡A nuestra unión!- Gritaron los presentes a coro, sonriendo sinceramente. Los inicios siempre parten bien
Y la celebración transcurrió tal como el joven había pensado, tal como había sucedido antes y tal como el joven podría asegurar que sucederán.
Pretendió disfrutar el sabor de la sangre especialmente designada para él. Les acompañó en sus rituales.
A medida que la jornada avanzaba, el pulvo lanzaba sus ventosas venenosas contra el sapócrita que se victimizaba cada vez que alguno de los presentes le daba la oportunidad de hablar, por lo que simplemente, nadie lo dejó quejarse... como siempre lo hacía.
-¡Beban! ¡Beba!- el sapócrita lloraba sus penas y sobre todo, lloraba por los cuchillos clavados por el pulvo, el garro hablaba de más, tratando de curar el veneno.
-Todo sucede como debería ser. Se matan entre éllos- El joven sólo miraba.
Pero algo había cambiado... el joven era inmune al veneno del pulvo, cuyas alas como murciélago se abrían cada vez que hablaba, trataba de romper el hilo que mantenía el ritual, que ya iba quemado a la mitad.
El garro, dibujó su propia muerte y el joven lo admiró.
El cuerpo del sapócrita era una cáscara vacia, su alma estaba rota, corrupta.
El joven había destrozado dos de las alas del pulvo, sólo porque se atrevió señalarlo con el dedo.
El ocaso de la jornada estaba llegando y la ciega perra daba vueltas, bebiendo de la sangre que caia de la mesa. El humo del incienso se impregnaba en las ropas, provocando asco en el joven.
Los animales sacrificados yacían en la mesa.
Y el pulvo hablaba de sus derrotas, con voz quejumbrosa... éso ahora era la víctima y hablaba un idioma que sólo éso creía entender... quizás era verdad, ya a nadie le interesaba
Alzaba su espíritu hasta la inflamación y decía que muchos, muchos querían ver esa luz, tan especial, tan blanca y negra.
Garro movía la cabeza, encendiendo su espíritu de gris y verde.
Sapócrita había sido sacrificado, inmolado según él. Una burla para los presentes.
pulvo miraba encendido al joven, desafiándolo constantemente.
-No tengo nada que probarte.- Pensó mientras esperaba que todo terminara. Hasta el siguiente sacrificio.
-¡Beban! ¡Beban! - Dijo el sapócrita alzando su lengua afilada -¡Celebremos la unión de nuestras almas!-
-¡A nuestra unión!- Gritaron los presentes a coro, sonriendo sinceramente. Los inicios siempre parten bien
Y la celebración transcurrió tal como el joven había pensado, tal como había sucedido antes y tal como el joven podría asegurar que sucederán.
Pretendió disfrutar el sabor de la sangre especialmente designada para él. Les acompañó en sus rituales.
A medida que la jornada avanzaba, el pulvo lanzaba sus ventosas venenosas contra el sapócrita que se victimizaba cada vez que alguno de los presentes le daba la oportunidad de hablar, por lo que simplemente, nadie lo dejó quejarse... como siempre lo hacía.
-¡Beban! ¡Beba!- el sapócrita lloraba sus penas y sobre todo, lloraba por los cuchillos clavados por el pulvo, el garro hablaba de más, tratando de curar el veneno.
-Todo sucede como debería ser. Se matan entre éllos- El joven sólo miraba.
Pero algo había cambiado... el joven era inmune al veneno del pulvo, cuyas alas como murciélago se abrían cada vez que hablaba, trataba de romper el hilo que mantenía el ritual, que ya iba quemado a la mitad.
El garro, dibujó su propia muerte y el joven lo admiró.
El cuerpo del sapócrita era una cáscara vacia, su alma estaba rota, corrupta.
El joven había destrozado dos de las alas del pulvo, sólo porque se atrevió señalarlo con el dedo.
El ocaso de la jornada estaba llegando y la ciega perra daba vueltas, bebiendo de la sangre que caia de la mesa. El humo del incienso se impregnaba en las ropas, provocando asco en el joven.
Los animales sacrificados yacían en la mesa.
Y el pulvo hablaba de sus derrotas, con voz quejumbrosa... éso ahora era la víctima y hablaba un idioma que sólo éso creía entender... quizás era verdad, ya a nadie le interesaba
Alzaba su espíritu hasta la inflamación y decía que muchos, muchos querían ver esa luz, tan especial, tan blanca y negra.
Garro movía la cabeza, encendiendo su espíritu de gris y verde.
Sapócrita había sido sacrificado, inmolado según él. Una burla para los presentes.
pulvo miraba encendido al joven, desafiándolo constantemente.
-No tengo nada que probarte.- Pensó mientras esperaba que todo terminara. Hasta el siguiente sacrificio.
1/6/08
The End
Sonrió, así sin más. Su mirada triste y debilidad pesaban sobre su espalda. Sus hombros lo decían mejor que su autoconocimiento.
Tomaba el camino que evitó, y aún teme, con paso decidido. No había vuelta atrás para nuestro fénix: había muerto tantas veces que olvidó cómo revivir de aquel fuego purificador.
La tormenta se había ido y ni siquiera los gritos llamándola servirían esta vez. No hay confusión, dolor ni amor.
Comenzó a olvidar lo poco que vivió esta vez y una pluma dorada cayó.
Se resignó a la muerte final y la curiosidad corrió llorando.
Suspiró, dejando escapar la loca esperanza que estaba atada a su estómago.
Aún así, se sintió liviano. No quiere socorro, no busca comprensión ni mucho menos amor.
El plazo se cumplió...
...Y la sonrisa se mantenía en aquellos ojos ahora ausentes.
Tomaba el camino que evitó, y aún teme, con paso decidido. No había vuelta atrás para nuestro fénix: había muerto tantas veces que olvidó cómo revivir de aquel fuego purificador.
La tormenta se había ido y ni siquiera los gritos llamándola servirían esta vez. No hay confusión, dolor ni amor.
Comenzó a olvidar lo poco que vivió esta vez y una pluma dorada cayó.
Se resignó a la muerte final y la curiosidad corrió llorando.
Suspiró, dejando escapar la loca esperanza que estaba atada a su estómago.
Aún así, se sintió liviano. No quiere socorro, no busca comprensión ni mucho menos amor.
El plazo se cumplió...
...Y la sonrisa se mantenía en aquellos ojos ahora ausentes.
19/6/07
"Hello, I've missed you quite terribly."
[You are the one, the one that lies close to me.]
Mientras se retorcía pensando por qué, se dio cuenta que empezaba a tener un poco de sentido. No sabía cómo ni cuándo, pero lo más seguro es que él le diría que eso no importaba. Por lo tanto, sólo esta vez, no importará.
[Whispers "Hello, I've missed you quite terribly."]
Era todo una necesidad, una falta. Le inundaban los sentimientos encontrados porque quería, pero no. Quería, pero no. Quería, pero... quizás... si sólo dejara todo otra vez. Si se atreviera a renacer una vez más... quizás... las cosas serían diferentes.
[I fell in love, in love with you suddenly.]
Se había equivocado. Las cosas giraron y cambiaron su vida. No sabía si lo aceptaría o no. Pero todo iba demasiado rápido como para que, con su típica paciencia y manera de ser analísta, se sentara a pensar qué sucedía.
[That there's no place else I could be but here in your arms.]
Era hora de despertar... El sueño había terminado.
[song: Hellogoodbye - Here (in your arms)]
11/6/07
Did I Really See You?
... or was it a dream? [Mew- Symmetry]
No... lamentablemente no vi a mi arlequín onírico-sombra.
Esto es un trozo de esperanza fundada en la nada. Tan frágil como un papel quemado, el cual puede ser soplado y se desvanece en el aire cercano.
Pues el joven no quería rendirse... por muy derrotado y desesperado.
Sonríe sólo al pensar en la estupidez que piensa.
Pero qué más da.
No... lamentablemente no vi a mi arlequín onírico-sombra.
Esto es un trozo de esperanza fundada en la nada. Tan frágil como un papel quemado, el cual puede ser soplado y se desvanece en el aire cercano.
Pues el joven no quería rendirse... por muy derrotado y desesperado.
Sonríe sólo al pensar en la estupidez que piensa.
Pero qué más da.
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