22/3/09

Del Juicio (I)

-Lo único que puedo decir en mi defensa...- dijo el joven mirando fijamente al juez. Sus manos apretaban fuerte la baranda de la que sujetaba y el sudor caía de su frente. -...Es que si intenté destruir su dios, fue por hambre.-

-Cállate, escoria.- El ángel lo abofeteó una vez más, mientras falsas lágrimas de culpa se deslizaban por su cara.

-¿Y por qué tendríamos que perdonarte?- Grita un miembro del jurado bastante afectado por la destrucción del ídolo. Al mismo tiempo entra un destruido bailarín a la sala, aunque pocos lo notan conversar con el inquisidor.

-Porque es culpa de ustedes poner comida dentro de su dios... es ilógico que adoren algo que tienen que destruir para vivir.- Responde el joven intentando que sus pensamientos y palabras sean uno.

-¡Blasfemo!- Gritan algunos. -¡Es un héroe!- Piensan otros. -Es un idiota.- Dice el bailarín, señalando al joven.

Los ánimos se encienden y empiezan discuciones por todos lados, gritos y golpes que nadie intentaba contener.

-¡Silencio y orden!- Grita el juez golpeando su martillo.

El bailarín muere, mirando al joven mientras susurra algo.
Todos se dirigen a él...

-Ha sido envenenado.- Dice el juez, sin siquiera haberse acercado. -Es éso lo que querías?- Pregunta enfadado al joven.

-Ni siquiera lo conozco.- Se defendió.
-Bien, estás absuelto.- Sentenció -Vete de aquí y espero no volver a verte.-

Extrañado, el joven se levanta de la silla y se va. Todos lo miran con odio, recelo... Pero al menos, era libre.

18/3/09

Nada que tú debas leer.

A veces las ideas se secan y te sientes desesperado. Quieres expresar algo, pero no puedes. Tienes todas las ganas de escribir, pero no se te ocurre nada. O te llega la inspiración mas no las palabras.

Y te frustras... y sientes que todos los recursos literarios pasan burlándose de ti. Permiten que los acaricies y luego se escurren sonriendo y ahí te quedas... mirando con cara de estúpido el teclado, con ésa maldita idea que te ronda durante días, ésos sueños con respecto a TI... después de meses... tú... sí tú.

Quería escribir sobre ti hoy. (Otra vez) sobre todo porque has aparecido tres putos días seguidos en mis sueños y la última vez quería matarte, de verdad que sí. Porque no puedo creer nada de lo que está pasando, de lo lejos que estamos... por primera vez en años.

Porque no puedo creer que te siga queriendo después de lo que me hiciste.
Porque siento que algo estoy bloqueando... y me desespera no poder/saber hacer nada.

Quizás es porque he dormido poco, no lo sé... pero te extraño.

12/3/09

Del día anterior al juicio

Al despertar, después de tremenda bofetada. Se dio cuenta que habían pasado ya muchos meses del último encuentro con el ángel.
-'¿Cómo es que llegué acá?'- Se pregunta mientras mira alrededor. Ve la misma habitación en la que se encontraba antes, pero corroída por el tiempo.
-Es el mismo lugar, pero destruído. No... no es lo mismo. Estoy en una habitación similar, nada más.'- La madera del lugar estaba rota y corrientes de aire pasaban a través de los agujeros, provocando un sibido particular.

-Hijo, debes tener hambre.- El joven se sobresalta al escuchar aquella voz femenina a sus espaldas. -Llevas tiempo ahí, mientras yo te miraba.- La voz era fresca, viva. Llena de energía Inevitablemente tenías ganas de estar de acuerdo con lo que sea que diga.

-Sí, tengo hambre.- Dice mientras voltea. -¿Cuánto tiempo llevo... - El joven no logró terminar la respuesta al ver una dapu, con sus garras rotas. -Oh, no sabía que eras éso- dice el joven sintiendo espasmos en su estómago. La repulsión que causaba era demasiado grande.

De entre la escamosa piel de la dapu aparece el ídolo del dios que todos ellos adoraban. Un dios de cristal y dentro del dios de cristal, comida.

Al instante, aparecen muchas otras criaturas, asquerosas algunas, otras hermosas... y entre éllas el ángel inquisidor, el garro y el sapócrita. El pulvo se revolcaba en las babas de algún inmundo ser.

-Siento tus deseos de destrucción- Dijo la dapu con sus ojos redondos y sin párpados. -Dime, joven, y responde sinceramente: ¿Destruiras nuestro dios por hambre o por el simple deseo de destrucción?

11/3/09

De la habitación del ángel y el joven golpeado

-Hagamos de este dia y esta hora un punto de partida- Dijo el ángel sin mirarle. -Haz que nada sea como antes, aunque todo siga su curso normal-

El joven se sentó en el suelo, dudando. -¿Y si no funciona?- Preguntó con ojos tristes

-Entonces, nada de lo que pase o pasó importará.- Responde cruzando los brazos. Sus ojos celeste no mostraban compasión. El joven sólo podría decir que era un ángel por aquellas alas, de plumas pastel multicolor. -Ahora vete. Tu presencia me da asco. Mi padre no te verá en esas condiciones.- Sentencia, apuntando al joven con una mirada inquisidora.

-No es que necesite verlo.- Dice mientras se pone de pie, al ver sus ropas sucias y dañadas por el tiempo y el uso.

Antes de que el joven logre incorporarse por completo, siente que la pared emite una fuerza sorprendente, no entiende cómo está pegado a élla ahora. Al segundo después se da cuenta que la fuerza no era de la pared.
A los dos segundos nota un fuerte dolor en el lado derecho de su cara.
A los tres segundos entiende que fue abofeteado.

-No tenía otra opción- Dijo. El joven no lo vio. -Ya sabes lo difícil que es llegar acá.-

8/3/09

Sunday

A pesar de todo lo que pase ¿Qué tan difícil es mantener una sonrisa en la cara?
Es lo que me preguntaba hoy mientras paseaba por la costanera, me senté en la playa, me quedé dormido mientras gente caminaba, reía, peleaba. Los sentía pasar detrás mio y definitivamente, no me importó. Seguí durmiendo.

Irónicamente, la respuesta llegó cuando menos lo esperaba



Élla, con su voz tan particular y las melodías que alguien dijo por ahí 'para antes de dormir' Me mostró con una canción antigua que, es Domingo y está bien.

Al final, ¿Por qué me sigues preocupando?