1/6/08

The End

Sonrió, así sin más. Su mirada triste y debilidad pesaban sobre su espalda. Sus hombros lo decían mejor que su autoconocimiento.
Tomaba el camino que evitó, y aún teme, con paso decidido. No había vuelta atrás para nuestro fénix: había muerto tantas veces que olvidó cómo revivir de aquel fuego purificador.
La tormenta se había ido y ni siquiera los gritos llamándola servirían esta vez. No hay confusión, dolor ni amor.

Comenzó a olvidar lo poco que vivió esta vez y una pluma dorada cayó.

Se resignó a la muerte final y la curiosidad corrió llorando.

Suspiró, dejando escapar la loca esperanza que estaba atada a su estómago.

Aún así, se sintió liviano. No quiere socorro, no busca comprensión ni mucho menos amor.

El plazo se cumplió...

...Y la sonrisa se mantenía en aquellos ojos ahora ausentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario