24/2/12

Partida

Siempre he ansiado el momento de partir. Abrirme a nuevas historias, nueva gente que compararé con mi vida, darme cuenta de lo jodido que estoy.
Pero esta vez, es amargo y dulce a la vez: Dejar atrás a gente que acogió incondicionalmente, que me entregó su amistad porque sí, se me está haciendo difícil, tanto que quiero postergar hacer el equipaje lo más posible, pensando que es un sueño del que despertaré eventualmente para darme cuenta que sigo atrapado en la simetría.

Ahora que todo se está rompiendo de nuevo, estoy un poquitín aterrado y muy emocionado por poder perseguir -de una extraña manera- mis sueños.

Sé que los extrañaré y dolerá like hell, pero sé que lo que se viene es algo que tengo que vivir.

Y quizás, en una de esas, volver a este dulce aletargamiento del lugar que por dos días más será mi hogar.

(Tengo como pena. Estos son los momentos en los que odio no poder llorar.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario