22/4/09

Interludio

A veces...

Te quiero romper.
Quisiera llamarte y decirte lo mucho que te extraño.
Mandaría todo a la mierda.
Grito fuerte en lugares inapropiados.
Sonrío a lo que viene.
Siento que mi cuerpo está más que corrupto y de aquella corrupción no saldrá nada bueno.
Me siento orgulloso de mi y luego me odio por éso.
Tengo ideas para escribir acá, algunas tan urgentes que no alcanzan a ser escritas.
Escribo y reescribo al bailarín.
Me frustra ser yo.
Soy tan penca que me caigo mal.
No entiendo nada y sonrío y corro a otro lugar donde pueda gritar.
No sé por qué sigo el jueguito.
Quisiera cortarme el cuello, o un dedo.
No como nada durante lo más posible y aún así soy un obeso de mierda.
Caigo en el juego de los demás.
Espero TU juego.

En retrospectiva, quisiera que estés de vuelta.
Una que otra vez, quisiera enamorarme.
Pensándolo dos veces, no entiendo.
 

Y si pudiera... no cambiaría nada (es un dolor de la puta madre)






4/4/09

Interludio

Entonces, la estatua con el dedo apuntando tenía algo de razón. No podía seguir escurriéndome como agua en las manos. Era inevitable, lo sé, pero ¿Qué saldrá de ahí? 'it's gonna be awkward for sure'.

Lo único que espero, de verdad, es que nada malo suceda. Si es necesario sentarme a un lado del camino, esperando que pase el tiempo, así será. No tengo problema en éso. Sólo quiero una cosa de ti. Una...

Y no fuiste capaz de dármela. Entonces ¿Qué se puede esperar a ése lado del camino?
¿Intentar volver a casa a pie?
¿Que alguien nos de un puto aventón?

Sinceramente, no sé por qué... no sé.
En estos momentos desearía poder verter todo lo que está en mi cabeza a través de mis dedos, que fluya lo que pienso, lo que resiento, lo que mastico como si fuera chicoria, no es más que

22/3/09

Del Juicio (I)

-Lo único que puedo decir en mi defensa...- dijo el joven mirando fijamente al juez. Sus manos apretaban fuerte la baranda de la que sujetaba y el sudor caía de su frente. -...Es que si intenté destruir su dios, fue por hambre.-

-Cállate, escoria.- El ángel lo abofeteó una vez más, mientras falsas lágrimas de culpa se deslizaban por su cara.

-¿Y por qué tendríamos que perdonarte?- Grita un miembro del jurado bastante afectado por la destrucción del ídolo. Al mismo tiempo entra un destruido bailarín a la sala, aunque pocos lo notan conversar con el inquisidor.

-Porque es culpa de ustedes poner comida dentro de su dios... es ilógico que adoren algo que tienen que destruir para vivir.- Responde el joven intentando que sus pensamientos y palabras sean uno.

-¡Blasfemo!- Gritan algunos. -¡Es un héroe!- Piensan otros. -Es un idiota.- Dice el bailarín, señalando al joven.

Los ánimos se encienden y empiezan discuciones por todos lados, gritos y golpes que nadie intentaba contener.

-¡Silencio y orden!- Grita el juez golpeando su martillo.

El bailarín muere, mirando al joven mientras susurra algo.
Todos se dirigen a él...

-Ha sido envenenado.- Dice el juez, sin siquiera haberse acercado. -Es éso lo que querías?- Pregunta enfadado al joven.

-Ni siquiera lo conozco.- Se defendió.
-Bien, estás absuelto.- Sentenció -Vete de aquí y espero no volver a verte.-

Extrañado, el joven se levanta de la silla y se va. Todos lo miran con odio, recelo... Pero al menos, era libre.