30/12/10

Al son de Smell Memory

Cerró sus ojos con calma y pensaba en que el quinto le traería más motivos para sonreír lastimosamente y bajar sus ojos casi muertos.
Había dejado al Arlequín en el mundo que le pertenecía: Sus sueños.
Los tres lamentables animales habían seguido su curso: El sapo le odiaba, el cuervo voló hace un tiempo y el cerdo seguía caminando por ahí.
Ideó formas de comunicarse con los muertos de otrora.
Se dejó tentar y temió por toda su construcción.
Descansó.
Fue infeliz y feliz.


Sí, había sido un año interesante, de eso no había duda. Y, aún, sentado a la sombra del cuarto agonizando esperaba alguien que le diera motivos para escribir más.

12/12/10

Más Música

Creo que aceptarla de ese alemanucho de casi 50 años pero totalmente follable, jodió lo íntimo de mi colección musical.
En una de esas, me carga más el cambio de lo que pensaba.

11/11/10

Hoy no [Otra Vez]

Mientras estaba en aquel letargo, sintió la urgencia, mientras una voz en su interior le decía que se contenga, que pronto podría y sería bueno.
Él no quiso hacer caso y se dirigió lentamente a su puro santuario. Caminó con hambre de derramar sangre, su cuchillo en mano.
Puso una mano sobre su víctima, mientras que alzaba la otra aquella hoja afilada.
El pequeño dormía inquieto, como si supiera que su fin llegaría, su respiración se agitaba, intentando, sin éxito, despertar.
Una, dos, tres veces insertó el frío metal en el cuerpo del pequeño, cada vez más rápido al oír un suave gemido.

Estaba muerto, sangrando por montones. El deseo estaba satisfecho.

Cuando fuera invitado al ritual nuevamente, diría que no podía, alguna excusa tendría. Eso era seguro.