No puedo definir cómo me siento ni qué está pasando. Mi alma se siente tan liviana que temo dormir y que ella se escape entre mis sueños.
No estoy mal, estoy seguro.
Pero tampoco estoy conforme.
No sé si es el vapor que se desprende de mi piel húmeda o si es el humo de cuerpo quemándose una vez más.
Pero el dulce aroma que siento por todas partes me tiene embobado.
No estoy pensando, como hace mucho tiempo... y eso, me gusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario