Decían que se comía a todo el mundo. Que lo único que le importaba era el sexo, que tuviera cuidado con él, porque si caía en sus garras, me enamoraría de él y me destruiría. Sólo me utilizaría como un objeto para follar.
Aún así, me acerqué a él, dejé que me bese y que tome mi cuerpo.
Me di cuenta que todos estaban equivocados.
Me di cuenta que sólo estaba intentando vivir a su manera... y que tenía miedo.
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