16/12/09

Sonido #3

Abrí la puerta, despreocupado y ¡bum! mi corazón casi estalla: estaba él acostado en su cama. No puedo explicar bien la sensación que atravesó mi sistema nervioso, pero fue extraño.
Ahora es casi liberador pensar que podré coger con quien quiera sin tener que preocuparme de lo que pueda pensar. 
A marcionada, mariconada y media dice mi tía.

Y más tarde intenta hacerme comer. Dice que se preocupa por mí. Entonces me siento liberado porque se siente culpable. Sé que se siente culpable y yo ahora le digo ¡Tu preocupación me importa un carajo! Y me siento a beber agua, dos litros.


Por fin volveré a mi peso normal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario