14/12/09

undostrés ó un dos tres ó un, dos, tres ó cero.

Loksins Erum Við Engin

Te odio. - [Grito de llanto.]

Comienzo a sentir el cosquilleo en mis antebrazos. Hacía mucho tiempo que no tenía la necesidad de hacerlo. Quizás porque aquella armadura me había privado de todo sentimiento, entonces los sonidos se filtraban en mí mientras dormía, salían de mi cabeza como vapor, sin lograr que yo los sienta.
Entonces dormía tranquilo. Sin problemas.
Pero ahora ya no y mi cuerpo exige algún tipo de liberación, la presión de los sentimientos reprimidos se encuentran en estado de ebullición. No flotarán mucho más rápido por más que duerma. Por más que me distraiga...

Entonces, después de asumir eso, me acerco al velador donde sé que tiene esas pastillas. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis. No más pues empezaré a alucinar y cuando alucino me siento culpable. Me siento en el suelo, e ingiero las seis de una vez y la botella de agua mineral que me vendió la señora. ¡Tan sanito que es usted! Me dijo mientras yo le respondía con una sonrisa. -¡No sé cómo tiene esas ojeritas mi niño. Debe ser tanto que tiene que trabajar!- Quizás tiene razón. No sabe que alguien tomó mi caparazón, me lo quitó y luego me dejó tirado, hablándome de vez en cuando. Me dejó vulnerable y ahora se hace el tonto hablando de cosas triviales. Me tiro en el suelo mientras suena alguna canción que no podría recordar ahora.
!& minutos de tonta espera para que llegue el efecto. Siento de inmediato mis ojos dilatados y esa energía rara que te llega de no-sabes-dónde y todo comienza a tomar sentido. Extraño, debo reconocer, pero sentido al fin y al cabo. Pienso si debo llamarlo o no... quizás lo haga ahora... o más rato... o nunca.

Vete de aquí - [Susurro a los fantasmas.]

Entonces, después de asumir eso, lo llamo. Llega a los 15 minutos con la cara afiebrada, sabe a lo que viene. Sabe que no tendrá de mí todo lo que quiera, pero su mayor victoria el verme así de vulnerable. Siempre espera este momento, desde que nos conocimos hace algunos años atrás. Es como un pacto que ninguno de los dos ha aceptado, pero acatamos al pie de la letra: No lo quiero como pareja, nunca lo haré. Ya ni siquiera es necesario repetírselo, pues sabe que me tiene cuando lo necesito, entonces, tiene mayor poder que nadie. Me es fiel porque así lo quiere, porque siente que no estoy corrupto, que sólo las circunstancias me convirtieron en éste.
Para qué decir lo poco que me alegra verlo, pues cuando está, es porque de verdad estoy mal. Algo estoy haciendo mal, o algo hice mal. Pero no importa. Nos hemos gustado sexualmente desde que nos vimos. Lo mejor, es que no tengo que fingir nada, simplemente me dejo llevar: Ni siquiera me saluda y comenzamos a besarnos, yo lo aprieto fuerte de la cintura, lo pego a mí para sentirme parte de algo, como siempre con él. Lo aprieto fuerte, mientras su lengua recorre mi boca en busca de un alma que no está en este cuerpo. No importa, tenemos lo que queremos ahora. No quiero soltarlo, no puedo hacerlo, pero sus brazos libres me acarician la cara, el cuello, mi trasero, logrando desatar todo. ¿Para qué contenernos si ya lo hemos hecho tantas veces?
Siento el bulto en su entrepierna comenzar a crecer, sucediendo lo mismo con el mío. Entonces, nos apretamos más en muchos besos que olvidan la regla, la etiqueta o la cordura. Paso mi lengua por su cuello, luego beso el lóbulo de su oreja mientras respiro en su oído y le digo: ¡Eres mío weón, mira como me calientas! en un susurro mezclado con los gemidos, pues en ese momento comienza a acariciar mi miembro erecto. No logra pasar mucho rato así, pues lo volteo, le bajo los pantalones y comienzo a moverme entre sus nalgas. Sé que eso le calienta mucho. Yo con mis pantalones puestos y él ya medio desnudo. Le gusta parecer débil y a mí me gusta parecer fuerte. Tomo su pene con mis manos y comienzo a masturbarlo mientras sigo frotándome en él. Pasan así unos minutos y se da vuelta. No me mira, no sonríe, no tiene esos actos romántico-juguetones tan característicos de él pero mata pasiones. Simplemente se deja al instinto tanto como me he dejado yo y me saca de los pantalones y comienza a chupármela, dios, cómo me gusta... para qué demorar más el asunto... lo tomo de la cabeza, lo obligo a que se la trague entera. Una vez hecho eso, lo tomo del pelo y lo levanto y lo beso, me encanta sentir el sabor de mi pene en su boca, me enloquece más. Así, lo giro fuertemente, masajeo su ano en lubricante y lo penetro. -¡Sí weón!- dice con la voz quebrada. Y no dice más... pero eso es suficiente para que lo clave con más fuerza aún. -¡Acaba rápido!- Me dice. No le gusta que lo penetren mucho rato, pues es activo... Eso es lo único que no me gusta de él. Quisiera tenerlo mucho más tiempo de lo que el "soporta". Pero bueno, Yo igual estoy demasiado caliente y simplemente me dejo llevar.
En la cama, él de espalda con las piernas abiertas y yo penetrándolo con fuerza... mucha más mientras él comienza a masturbarse. Lo miro a la cara, sé cuando está por acabar y trato de hacerlo junto a él. Esta vez lo logramos, antes siempre me iba antes... gemimos mientras lo hacemos y los dos expulsamos nuestro semen, él, en su pecho, casi tan fuerte que llega a su boca y yo dentro suyo.

"Nada de lo que queremos y todo lo que podemos dar." Se me ocurre justo antes y me parece divertido.

El máximo momento en el que somos uno, ¿será uno, tres, quince minutos esta vez? Nunca lo sabemos. Pero por algún motivo me nace abrazarlo. Pero no podemos. Podríamos confundirlo todo y cagarla... otra vez.
Siento que quiere besarme, a si que me alejo hacia el baño y le acerco algo, no recuerdo qué para que se limpie y tomamos una ducha juntos.
Después de un rato él quiere irse y yo que se vaya.

Déjanos en paz. - [Último acto.]

Entonces, después de asumir eso, tirado en la cama, él come una pizza. De esas grandes individuales. Ya me acostumbré a verlo comer tanto. Ver comer a la gente siempre me ha saciado y me libra de ese apetito, por eso siempre pido una grande. Así está bien. Cuando están satisfechos no se preocupan que tú comas. Ya conoce todas mis trancas y las entiende. Dice que él quisiera ser como yo, pero que le da nervios hacerlo, que lo pillen o que simplemente le de hambre.
Lo miro divertido, pues no entiendo por qué siente ese tipo de admiración, pero si me entiende, bien. Al menos puedo ser yo mismo.
-Debe ser como lo que yo siento con Cristian- Le digo pensativo.
-¿Sí?- pregunta él mientras, aburrido de la pizza se acerca a verme jugar con el cuchillo.
-Da lo mismo- Sentencio despreocupado mientras lo deslizo por su frente.
-¿Lo harás?- Dijo sin siquiera moverse.
-Sí- Respondo, mientras le paso el mango del elemento cortante aquel. -Pero que sea rápido- Añadí antes de arrepentirme.

Él siempre lo ha hecho, siente cierta obsesión con eso. Es ahí, quizás cuando se vuelve mucho más fuerte que nunca. Cuando sale realmente quién es y me maneja como quiere.
Cuando entiende por completo mi debilidad y ya no hay nada que pueda hacer al respecto.
Así, entierra el cuchillo en mi antebrazo y comienza a cortar en horizontal, luego en vertical... Una magnifica cruz de carne abierta. No tan profunda ni tan superficial. Llevaba años practicándolo conmigo y ahora era casi un especialista. La sangre comenzó a fluir en un rato.

-Me gusta que el piso sea de baldosas- Observó. -Así limpiamos más rápido.
-Pero la sangre coagula más rápido en acá - Respondí -Y me gusta verla líquida-


En este instante recorre la herida de manera diagonal. Un poco más profunda y dolorosa.
-¡Mierda!- Grito. -¡Aweonao!- y comienzo a reír mucho... mientras la sangre cae descontrolada al suelo. Y no nos importa.
Disfrutamos el momento un rato y me abraza. Siempre son cálidos en este estado.

Siento un sonido que me dice "me gustaría que no te preocupes"
Sonrío mientras me tiro en el suelo. Siento mi conciencia proyectarse hacia afuera
Ahí estoy, tirado, con una pizza pequeña con dos mordiscos, un cuchillo negro, y el espejo lleno de mi sangre.
Entonces le digo a aquella voz: -"En ningún momento lo he hecho"- Y me hecho a dormir, pues he tenido un día intenso.

1 comentario:

  1. Oh it's opening time
    down on fascination street
    so let's cut the conversation
    and get out for a bit
    because i feel it all fading and paling
    and i'm begging
    to drag you down with me
    to kick the last nail in
    yeah! i like you in that
    like i like you to scream
    but if you open your mouth
    then i can't be responsible
    for quite what goes in
    or to care what comes out
    so just pull on your hair
    just pull on your pout
    and let's move to the beat
    like we know that it's over
    if you slip going under
    slip over my shoulder
    so just pull on your face
    just pull on your feet
    and let's hit opening time
    down on fascination street
    So pull on your hair
    pull on your pout
    cut the conversation
    just open your mouth
    pull on your face
    pull on your feet
    and let's hit opening time
    Down on fascination street

    ResponderEliminar