10/1/11

Ella viene.

Todo esto me hace cuestionar que, al fina, cuando me toque a mí morir, igual no va a haber tanta gente que me llore.
En cierto sentido, igual es como... mmh... latoso.

Pucha, H. llegó tu hora. Creo que te lloraré cuando llegue el momento. Muchas gracias por elegir pasar y gastar tu tiempo conmigo.
Gracias por los malos ratos que se convirtieron en buenos.
Gracias por esas conversaciones rándom que teníamos tomando once.

Quizás es re poco para un homenaje estas palabras y quizás de verdad en el fondo no tengo mucho más que decir y desear que te vayas dignamente a descansar. O es malagradecido hacerlo acá, donde seguramente nadie entenderá de quién hablo y el porqué de este escrito.

Alguien como tú merece mucho, mucho más que todo lo que pasamos.

En fin, H. Cuando sea tu hora, descansa en paz... y abraza a la nada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario