Palabras A Mi!

Mientras caminaba de vuelta de la universidad, contento porque había conversado con algunos de mis compañeros, me di cuenta que siempre me ha costado mucho hablar dentro de grupos grandes. Eso no tendría nignún tipo de importancia en Punta Arenas, allá los grupos no son lo suficientemente grandes como para tenerles miedo; pero acá, en Santiago, la cosa es distinta porque en todos lados soy el chico nuevo, el acompañante de..., y un montón de otras cosas. Me dio rabia conmigo mismo, porque jamás me ha costado entablar conversaciones cuando me encuentro sólo con una persona o dos, a lo máximo.
El punto es que estando aquí, me he visto obligado a cambiar esa forma de ser. Y no les miento, no fue dificil, pero, sólo dentro del grupo gay. Cuando hablo con hombres heterosexuales es tan difícil poder decir algo que de para una conversación larga y amena... las pocas veces que ha sucedido fue porque esta persona tenía un problema y necesitaba alguien con quien conversar. Bueno, al final me lo terminé comiendo a si que no estoy seguro si contará como una persona heterosexual.
No siento ese feeling de poder decir cualquier cosa y cualquier cosa les hará sonreír o por lo menos les hará dicutir. Siento que ese tipo de cosas que a ellos les hace sonreir son puras weás sin cabeza, que uno termina riéndose de lo estúpidas que son.
Sé que hay muchos hombres straight que son muy interesantes y que dan ganas de hablar con ellos hasta que se te canse la lengua y se te cierre la garganta. Personalmente, aún no tengo la suerte de eso. ¡Ni siquiera con mi hermano!